Encías Retraídas: Causas, síntomas y tratamientos efectivos

17/05/2024

¿Tienes las encías retraídas? Es una situación muy frecuente que cada vez afecta a más personas. La mayoría no son conscientes de ello porque, por lo general, no suele doler, pero sí puede provocar sensibilidad dental y problemas estéticos.

La estética de la sonrisa no solo depende del diente, sino que las encías juegan un papel fundamental. Cuando la encía está retraída, el diente parece más largo y, si solo está afectado un diente, destacará y resultará discordante.

¿Qué problemas puede causar tener la encía retraída?

  • Sensibilidad dental
  • Caries en la raíz
  • Problemas estéticos
  • Menor sujeción dental

La encía es como la piel del diente; si no la tiene, el diente estará desprotegido. La raíz del diente está hecha para estar cubierta por hueso y encía.

¿Por qué se produce la sensibilidad?

Al retraerse la encía, la raíz, que no está cubierta por esmalte, queda expuesta y la dentina, que es porosa, comunica a través de unos microtúbulos directamente con el nervio dental.

Por eso, cuando bebes algo frío, ese estímulo pasa a través de esos tubos diminutos directamente al nervio y se produce esa respuesta tan característica que conocemos como sensibilidad dental.

¿Qué causa las encías retraídas?

  • Enfermedad periodontal (periodontitis): La encía recubre el hueso, entonces no es de extrañar que una enfermedad que hace que pierdas el hueso haga que pierdas también la encía. En ocasiones, la propia inflamación de la enfermedad «enmascara» la retracción de la encía porque aparecen más hinchadas, pero cuando la periodontitis está tratada y baja la inflamación, nos damos cuenta del verdadero problema y de dónde está situada la encía realmente. Por eso, muchos pacientes tienen sensibilidad después de hacerse una limpieza dental, porque se desinflaman las encías y la raíz del diente queda más expuesta. Aun así, se deben hacer limpiezas periódicas para desinflamar las encías, porque si no se seguiría perdiendo hueso y empeorando la enfermedad periodontal.
  • Dientes mal colocados: Cuando un diente choca de manera más fuerte o en determinados movimientos laterales o hacia adelante, propios de la masticación, el diente sufre una flexión que se produce en la zona donde empieza la raíz. Esto provoca dos cosas: se va perdiendo diente de esa zona y se retrae la encía como respuesta de defensa.
  • Cepillado fuerte: El biofilm, o más conocido como placa bacteriana, que es la suciedad de los dientes, es una sustancia muy blanda que puede ser retirada sin necesidad de ejercer mucha fuerza o utilizar cepillos muy duros. Otra cosa es el sarro o cálculo, que es esa misma sustancia pero «petrificada» por las sales minerales de la saliva. En cualquier caso, esa sustancia más dura no se puede retirar si no es con una limpieza dental en el dentista, por muy fuerte que sea el cepillado o por más duro que sea el cepillo, por lo que cepillarte enérgicamente solo puede dañar las encías y el esmalte.
  • Bruxismo: Al igual que la mala colocación de los dientes, las fuerzas realizadas por la mandíbula y el rechinar de dientes provocan en la zona de la encía una respuesta de defensa como es la retracción de la encía. Si sufres de bruxismo, aquí tienes unos consejos que te ayudarán a mejorarlo.
  • Piercings: Los piercings retraen las encías. Producen una lesión continua y constante que hace que la encía se retraiga justo en ese punto. La retirada del piercing en la mayoría de los casos no implica que la encía se vaya a regenerar por sí sola.
  • Empastes o carillas mal ajustadas: Cuando hay un reborde en un empaste o restos de cemento en el caso de las carillas, hace que se acumulen las bacterias en esa zona de la boca y que pueda comenzar un proceso inflamatorio que acabe destruyendo el hueso y la encía de esa zona.
  • Frenillo: No es muy frecuente, pero en ocasiones hay frenillos que se insertan muy cerca del borde de la encía. El frenillo no es más que fibras musculares que, cuando se contraen, tiran de los tejidos y pueden provocar la retracción.
  • Biotipo fino: Como ocurre con la piel, en las encías podemos encontrar distintos tipos de encías. El biotipo grueso es un tipo de encía resistente que, a pesar de sufrir los factores que hemos mencionado anteriormente, rara vez va a presentar retracciones. Sin embargo, el biotipo fino es una encía muy susceptible a tener recesiones porque es más delicado.

El apiñamiento causa la retracción de encías

Tratamientos para encías retraídas:

  • Preventivos: Eliminar la causa de las recesiones. Esto debería ser indispensable en el tratamiento de las recesiones. Si tienes enfermedad periodontal, lo primero es tratarla para desinflamar las encías y ver realmente la posición que tiene la encía. Si el problema es el cepillado, se recomienda utilizar cepillos suaves y una técnica de cepillado más cuidadosa o cepillado con cepillo eléctrico con control de presión. Para el bruxismo, puede ser necesaria una férula de descarga y/o tratar la musculatura con bótox. Cuando el causante es un agente externo como un piercing o empastes mal ajustados, el primer paso es retirar lo que está lesionando la encía. Si tenemos un frenillo que está causando una retracción, se debe realizar una frenectomía (cortar el frenillo) para desinsertar las fibras musculares que están tirando de la encía. En cuanto al biotipo fino, en ocasiones se realizan injertos de tejido conectivo (se coge encía de otras zonas, como por ejemplo del paladar) para engrosar la encía y que sea más resistente, por ejemplo, si vamos a realizar movimientos de ortodoncia que podrían provocar una recesión.
  • Injertos de encía: Dependiendo del tipo y número de recesiones, se utilizan diferentes técnicas. Normalmente, se extrae el tejido donante de la zona del paladar o detrás de la muela del juicio y se coloca en la zona donde está la recesión, sujetándolo con unos puntos de sutura. También existen membranas sintéticas que pueden sustituir el tejido propio.
  • Cirugía periodontal regenerativa: Se puede realizar en determinados casos y consiste en rellenar con hueso los defectos que existen por debajo de las encías. También se puede estimular el crecimiento del hueso mediante un procedimiento regenerativo con proteínas derivadas del esmalte, que en determinadas condiciones pueden hacer que recuperes hueso perdido.

Nota: Estos procesos regenerativos y de injertos no funcionan bien en pacientes fumadores. Se recomienda dejar de fumar.